jueves, 10 de marzo de 2022

Alejandro Nicolás

 De repente y sin anuncio te tuve entre mis brazos

pequeña bolita de amor, universo de ternura

pasó el tiempo y de pequeño koalita pasaste a ruiseñor

con tu canto mañanero y tu sonrisa crepuscular.


De balbuceos a nombres completos

de sílabas a oraciones y rosarios

rápido y lento vas avanzando

orgullo y encanto de mi corazón.


Cada día que pasa, cada palabra pronunciada

es un aliciente para mi alma a veces ensimismada 

que haría sin tí hijo mío, sos la dicha de mi vida

el pilar de mi futuro y el refresco de mi pasado. 


Cuando seas un hombre realizado en la madurez

estés feliz de haber recorrido tu camino a mi lado

algún día te irás y yo me iré, pero mientras tanto

siempre, siempre nos queda disfrutar. 


Baño energético

 Seco está el aire así como mi aliento, cuando llamo tu nombre por las noches, donde la lluvia parece huir en el cielo, se esconde como la luna y la oscuridad es absoluta. 

Calor y desasociego, eso siento cada vez que me miro el pecho y veo el vacío que me produce no el ciclo que se cierra y la herida que no cicatriza. 

Voy deambulando por las calles, buscando la respuesta a todas las preguntas que quizas no me hiciste pero que tuviste, no tengo ninguna que sea satisfactoria, solo el futuro. 

Apagado el transmisor, cierro el telón y me arrepiento tanto de no poder encontrar la forma de decir adiós sin que sea definitivo, y es allí donde el humo del cigarrillo alivia mis pulmones que ya no respiran tu aire.

Es momento de partir, de zarpar, de dejar de extrañar. Un baño energético en el medio del mar. 


Intriga

 ¿Qué pasa por la mente del autor de música y letra? ¿Cómo logra ensamblar su inspiración?  Me intriga.