Fernando Lugo, candidato de la Alianza Patriótica para el Cambio, salió vencedor de las elecciones presidenciales llevadas a cabo el día domingo 20 de abril, con el 40, 8 % de los votos, seguido por Blanca Ovelar con el 30, 8 %, luego Lino Oviedo con el 21, 9% y para finalizar Pedro Fadul con el 2,3 por ciento. Siendo por primera vez las tendencias mostradas por las encuestas ecuánimes con el resultado final de la elección.
La ciudadanía dio una lección de civismo a sus representantes, (en especial a los dirigentes del Partido Colorado, que anunciaban que el mundo se iba a terminar después de las elecciones) acudiendo masiva y tranquilamente a votar, sin disturbios de consideración. Hubo una participación de 68% siendo que regularmente se alcanza el 30% a 40 %.
Se ha logrado la tan ansiada alternancia, ahora es el momento de elegir cual es el rumbo que se tomará para el futuro, particularmente no soy tan optimista de que las cosas cambiarán en cinco años de forma radical y para mejor; pero si soy optimista en el sentido de que si Lugo tiene en mente seguir el modelo Chavista, las cosas no le irán tan bien, puesto que el Congreso está conformado por los sectores más conservadores de la sociedad y es por donde deben pasar los proyectos del monseñor – presidente. Además, la estructura que lo mantendrá en el poder de manera segura sería la del PLRA, pues por medio de su electorado y de su equipo político Lugo sacó una victoria contundente, situación que quizás le resulte muy incomoda.
Para concluir, el sistema derrocado en este momento representa para los paraguayos decenas de años de opresión, humillación y traición. Mantenidos por un aparato estatal prebendario y clientelista. Su final fue similar al del PRI mexicano, su futuro es incierto pero la experiencia en carne propia les hará reflexionar profundamente a sus dirigentes. Para el nuevo gobierno, queda una responsabilidad enorme, justificarse como una alternativa para el futuro, con ideas renovadas y exitosas, siguiendo a las naciones de vanguardia y no caer en el error de muchas naciones latinoamericanas.
La ciudadanía dio una lección de civismo a sus representantes, (en especial a los dirigentes del Partido Colorado, que anunciaban que el mundo se iba a terminar después de las elecciones) acudiendo masiva y tranquilamente a votar, sin disturbios de consideración. Hubo una participación de 68% siendo que regularmente se alcanza el 30% a 40 %.
Se ha logrado la tan ansiada alternancia, ahora es el momento de elegir cual es el rumbo que se tomará para el futuro, particularmente no soy tan optimista de que las cosas cambiarán en cinco años de forma radical y para mejor; pero si soy optimista en el sentido de que si Lugo tiene en mente seguir el modelo Chavista, las cosas no le irán tan bien, puesto que el Congreso está conformado por los sectores más conservadores de la sociedad y es por donde deben pasar los proyectos del monseñor – presidente. Además, la estructura que lo mantendrá en el poder de manera segura sería la del PLRA, pues por medio de su electorado y de su equipo político Lugo sacó una victoria contundente, situación que quizás le resulte muy incomoda.
Para concluir, el sistema derrocado en este momento representa para los paraguayos decenas de años de opresión, humillación y traición. Mantenidos por un aparato estatal prebendario y clientelista. Su final fue similar al del PRI mexicano, su futuro es incierto pero la experiencia en carne propia les hará reflexionar profundamente a sus dirigentes. Para el nuevo gobierno, queda una responsabilidad enorme, justificarse como una alternativa para el futuro, con ideas renovadas y exitosas, siguiendo a las naciones de vanguardia y no caer en el error de muchas naciones latinoamericanas.