Liberal: del latín “liberalis”, que significa relativo a la libertad.
El liberalismo es una corriente de pensamiento, que propone como fundamento de desarrollo personal el valor de la libertad. Los liberales consideran que para que una persona se desarrolle como tal, necesariamente debe tener la posibilidad de elegir que hacer con su vida. El Liberalismo no es una formula para la felicidad, pero es una propuesta que aboga por que el individuo busque por sí mismo esa felicidad. Para ello el liberalismo tiene tres pilares que fundamentan su filosofía:
- Vida: Es más que obvio que no podríamos hablar de nada si no existiésemos, sin contar con el derecho a vivir. Por eso es que el liberalismo propone el respeto a la vida como derecho fundamental de la persona. Esto quiere decir que ninguna persona tiene la atribución de decidir sobre la vida y muerte de su prójimo. Nadie puede disponer de la vida de uno arbitrariamente.
- Libertad: Una vez que una persona vive o existe, automáticamente goza del derecho a ser libre, esto significa que uno puede disponer de su tiempo, su trabajo y su propiedad de la manera que mejor le parezca. Libertad no significa licencia, o lo que mucha gente llama libertinaje, uno no puede violentar los derechos de otra persona aduciendo que tiene libertad para hacerlo sin pagar las consecuencias de sus actos. Libertad significa responsabilidad por los actos que uno realiza.
- Propiedad Privada: Para poder gozar de los derechos de vida y libertad, el individuo debe poseer de una propiedad en donde se pueda corporizar esos derechos. La propiedad privada significa el dominio y control que posee el individuo sobre su cuerpo, su trabajo y su estilo de vida. Significa que nadie puede atentar contra su cuerpo, sus bienes materiales y su forma de vida, y que tiene la libertad de hacer lo que mejor le parezca con el producto de su trabajo. Tiene la libertad de vender, comprar, donar, regalar todo lo que le corresponde por legítimo derecho.
Estos tres principios no se contradicen, sino que se complementan armónicamente, pues, si usted no goza de la vida, no podrá hablar de libertad ni de propiedad, pues al no existir, es imposible que sea libre y que tenga algo que le pertenezca. Si usted vive y sin embargo no goza de libertad para disponer de su cuerpo y su propiedad difícilmente sea dueño de su vida, por ende estaría viviendo la vida que otro desea que viva, no la suya. Y si no goza de una propiedad privada, será imposible que goce de libertad, pues no podría realizar su proyecto de vida.