Lacerante herida, y recorro el desierto
Dios no me ha llamado "hijo mío"
Acaso no sabe que estoy bajo la lluvia
Y es allí donde la sangre riega el suelo
En donde el barro se mezcla con mis lágrimas
Un alarido silencioso retumba en mi corazón
Dios me ha abandonado y la Virgen me mira compasiva
Asciendo para luego descender junto a el diablo
Me invita unos puchos edulcorados para aplacarme
En mis pulmones el humo se evade para no hacerme toser
Escupo sangre salada y ésta se decanta en la rivera
Arriba, alabado y combatido, sigo mi derrotero en el desierto.
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