Sus pies no tenían contacto con el impuro suelo
su velo solo dejaba ver su celestial y misteriosa mirada
su cabello hecho por Nix, la noche, iluminaba la oscuridad.
ella era la loba, no había bestia ni hombre que pudiera domesticarla
Se comió al mundo con su ambición, en la leyenda oscura
un héroe en desgracia le dejó descendencia, como a Roma
un príncipe negro cabalgaría desde sus entrañas para el monte
y no había forma de resistir al avance de su corcel.
Loba, tu consorte no tiene tu altura
era una liebre nerviosa ante tu presencia noble
tus fauces en reposo eran tan peligrosas como tus
garras al controlar una presa.
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