La tentación totalitaria, bajo la máscara del demonio del Bien, es una constante del espíritu humano (J.F. Revel)
La historia del Paraguay es la historia de la opresión. Si algo puede contar un paraguayo, es como vivió bajo el miedo y la sumisión. Después de 197 años de vida “independiente” del yugo español, de los cuales años noventa y cuatro se entregaron servilmente a dictaduras, han servido lo suficiente como para mantener en el atraso a nuestro país.
El miedo a la libertad individual. Ese miedo inexplicable que tienen los paraguayos a ejercer su libertad, ese miedo irracional a asumir la responsabilidad por sus actos. En síntesis, está es la única respuesta que encuentro para explicar el estado de subdesarrollo en que se encuentra sumido nuestra Nación.
Todas las políticas de gobierno aplicadas por nuestros gobernantes, y la falta repudio por parte de la ciudadanía son la muestra más clara de que tenemos miedo. Llamamos a nuestro “Hermano Mayor” como diría George Orwell, ante la menor dificultad que se nos presenta; aquí es donde aparece el Supremo, Amigo del Pueblo, El Rey Sol, el Mesías, para salvarnos de ese pequeño inconveniente a cambio de que le dejemos; de ahí en más en sus manos todas las decisiones que pudiésemos tomar.
Esta renuncia a decidir, que implica libertad, determinación y responsabilidad es la que ha postrado al Paraguay en años de miseria. Esa decisión que dejamos en manos de dictadores, empezando con el Dr. Francia y concluyendo con Stroessner, para pasar a tener como representantes a autoritarios vestidos de demócratas. Esa decisión que dejamos en sus manos, para determinar que el gobierno siempre tenía la razón y los que pensaban diferente deberían callarse o atenerse a las consecuencias.
El Paraguay siempre estuvo alejado del desarrollo por estar en conflicto con la libertad individual, la única, como se ha demostrado capaz de generar desarrollo y bienestar. Renunciamos al libre comercio y a las ideas liberales, POR EL MIEDO A ENFRENTAR A LA VIDA POR NOSOTROS MISMOS!, dejando que el Estado, un grupo de burócratas que cree que sabe lo que necesitamos, tome la decisión por nosotros. El coro del Himno Paraguayo deben concluir así: ¡¡NI OPRESORES NI SIERVOS ALIENTAN DONDE REINA LA LIBERTAD!! pues para que no haya opresores ni siervos, solo tiene que haber libertad. El resto de los valores ya viene por añadidura.
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2 comentarios:
Hmmmm very interesting.
Me parece que maneja usted un concepto errado de libertad : por definición no existirá libertad mientras sobreviva el capitalismo , puesto que de este sistema deriva la injusticia...y muy bonita su corbata ,lástima que sus ideas no le hagan honor.
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